31 mayo 2020

¡Envía, Señor, tu Espíritu!



¡ENVÍA SEÑOR TU ESPÍRITU, PARA QUE RENUEVE LA TIERRA!

            El salmo 103, con el cual respondemos a la Palabra de Dios, en este Domingo de Pentecostés dice así: "Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra". Un salmo que para nosotros creyentes de este momento de la historia debe de convertirse en una súplica profunda e insistente al Padre Eterno. "Envía tu Espíritu para que renueve la tierra". Pero no la tierra entendida como el lugar donde vivimos, donde crecen las plantas y los animales, o el cosmos mismo, no nos referimos a eso. Sino a esos pedazos de tierra, formados un día por Dios, y que tienen una figura y un rostro, y que llevan la huella del Altísimo, esos pedazos de tierra llamados hombres y mujeres, que hoy muchos de ellos se están perdiendo.

            Envía Señor tu Espíritu, para que renueve la imagen del hombre, de algunos hombres perdidos muchas veces en el machismo, en la indiferencia, en la superficialidad. Mirando a la mujer solamente como un objeto que puede satisfacer sus deseos, renueva el corazón del hombre y recuérdale que es protector de la creación, que la mujer es su compañera, salida de su costado, igual a él.
Envía, Señor, tu Espíritu para que renueve a la mujer, algunas mujeres perdidas hoy en tantas ideologías. El rostro de una mujer que destruye, que ofende y que atenta contra la vida, cuando ella es la primera colaboradora contigo en el don de la vida, y hoy quiere acabarla, respondiendo como un títere a los intereses de instituciones y personas que aborrecen al ser humano y por ello a la vida.
           
            Envía Señor tu Espíritu, para que renueve esos pedazos de tierra, que son pastores de tu pueblo, y que están llamados a proclamar la verdad por sobre todo, pero que los ha dominado un pensamiento muy mundano: "hay que llevar la fiesta en paz" "no digamos nada para que no nos molesten"; y hoy más que nunca necesitan tu Espíritu, Espíritu de fortaleza para defender la Verdad, la Verdad que se impone por sobre todo, una Verdad que no se dialoga, que no se vende o se distorsiona.

            Envía, Señor tu Espíritu, para que renueve esos pedazos de tierra, que están al frente de las naciones y que algunos oprimen,  esclavizan,  matan y denigran al ser humano. Renueva con Espíritu esos pedazos de tierra, y recuérdales que no son dueños  de la tierra ni de las personas, que son servidores que trabajan para que todos puedan vivir en mejores condiciones.

            Envía Señor tu Espíritu, para que siga embelleciendo tantos pedazos de tierra que siguen haciendo el bien, que aman, perdonan, comparten, alegran, ayudan, educan, viven para los demás. Que tu Espíritu los siga fortaleciendo.
Envía Señor tu Espíritu, para que siga animando a tanto hombres y mujeres, cuya manera de vivir nos hace sentir tu presencia, presencia viva, presencia amorosa, y presencia esperanzadora.

            Esta tiene que ser nuestra plegaria constante: Envía Señor tu Espíritu, para que renueve la tierra".

Necesitamos ese Espíritu, dador de vida, para que el hombre se valore y valore lo que tiene a su alrededor. Necesitamos el Espíritu de sabiduría, para saber discernir correctamente, para saber elegir no solo lo que me hace bien, sino lo que nos hace bien, pensando en los otros también.
Necesitamos ese Espíritu de bondad, para saber comprender al otro, ayudar al otro, hacerme uno con el otro.

            Necesitamos el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que renueva, limpia , refresca, endereza  y ofrece nuevos caminos de realización para todo ser humano.
"Envía, Señor, por favor, tu Espíritu para que renueve la tierra".
           
            Fray Alonso OFM.

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