10 mayo 2020

JESÚS, CAMINO, VERDAD Y VIDA.



QUINTO DOMINGO DE PASCUA.
CAMINO, VERDAD Y VIDA.

Este domingo quinto de Pascua, la liturgia de la palabra, en el evangelio de San Juan nos presenta el discurso de despedida de Jesús. Un discurso que se encuentra entre el evento de la última cena y el drama de la pasión. La liturgia coloca este discurso en los domingos previos a la solemnidad de la Ascensión del Señor.

El trozo del evangelio de este domingo nos presenta varios elementos importantes: la figura del Padre, que se nos presenta y manifiesta en Jesús. El camino, verdad y vida, así es como Jesús se describe.
Felipe le pide a Jesús, muéstranos al Padre. A lo que Jesús responde: "Felipe hace tanto tiempo que estoy con ustedes ¿y todavía no me conoces? Quien me va a mí, ve al Padre. Una de las grandes tareas de Jesús, mostrarnos el rostro misericordioso y bondadoso de Dios. Descubrir a través de los gestos, de las palabras, de las acciones de Jesús a ese Dios que se hace cercano, a ese Dios al que le podemos ver un rostro diferente, un rostro de Padre, un sentimiento de paternidad y de confianza, de abandono y correspondencia en su amor. Mirar a Jesús es descubrir el rostro maravilloso de un Dios que se llama  "Abba" "Papá".  Pero aún falta mucho por conocerlo profundamente, aún falta recorrer un largo caminar para ver la totalidad y plenitud de ese amor misericordioso del Padre, hemos visto muchos destellos en Jesucristo, hemos gustado ya de momentos, pero hay que llegar a ese lugar que el Señor Jesús nos ha ido a preparar, ese lugar muy cerca del Padre.

¿Y cómo llegar? Jesús es el camino. Jesús no es la meta, Jesús es el camino que nos lleva hasta el Padre. Ha dejado trazado muy bien el camino, hay huellas muy claras que nos ha dejado para llegar hasta el Padre. Jesús es camino, huellas, realidad que se puede seguir. Camino que se puede recorrer, pero se necesita valentía, coraje y decisión. Jesús es camino que implica renuncia, que invita a mirar nuevos horizontes, que invita al hombre a caminar por un sendero nuevo, que no siempre ve claro, pero donde siempre ira seguro, un camino que invita a mirar nuevos paisajes, tener nuevos sentimientos, mirar de manera distinta a Dios mismo y a los hombres, y mirarse de manera diferente a él mismo que va por un camino nuevo que se llama Jesucristo, que es la medida del amor, de la amistad, de la entrega y de cómo ser un verdadero ser humano.

Jesús es la verdad, ¿qué es la verdad? se preguntaría Pilato aquella mañana del juicio en el pretorio. La Verdad es Dios mismo, es Él quien le revela al hombre su origen, su por qué estar en el mundo y cuál es su último destino. La Verdad es Dios mismo que en Jesucristo nos revela también quién es el hombre, cuál es valor, cuál es su dignidad. La Verdad es Dios que hace al hombre, que se relaciona con Él, ser libre, ser auténtico, ser "verdadero".

Jesús es la vida. Una vida que va más allá de lo simplemente biológico, es la vida que trasciende, que ha venido desde Dios,  y que llama al hombre para irse hasta Dios. Jesús es la vida que se nos participa, que nos recuerda el soplo divino de Dios que da vida al hombre. Un soplo de vida que mueve al hombre a mirar más allá de las realidades meramente humanas, un soplo de vida que despierta en el hombre el anhelo y el deseo de trascender, de unirse con Aquel del que lleva algo en su interior. Jesús es la vida que llama al hombre a estar de pie delante de Dios y vivir con Él.

Para llegar a la plenitud del amor en los brazos del Padre hay que seguir el camino, y ese camino es Jesucristo, y entre más avanzamos por el Camino, más conocemos la Verdad y la Verdad nos dará la libertad y la Vida plena.

Bendecido domingo.
Fray Alonso ofm.  


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