17 abril 2020

San Francisco de Asís



San Francisco nació en Asís entre los años 1181-82. Su papá se llamaba Pedro Bernardone y, aunque no era noble, sí gozaba de una buena fama por tener mucho dinero gracias al comercio de telas acarreadas de Francia. Su mamá se llamaba Pica Bourlemont, era originaria de Provenza, Francia y poseía una gran fe cristiana.
El santo de Asís fue bautizado con el nombre de Juan por orden de su madre mientras su padre se encontraba fuera de la ciudad. Pero al regresar éste de Francia le cambió el nombre de Juan a Francisco en honor a Francia por haberle dado esposa y dinero.
De niño, tenía un especial afecto por su madre. Era juguetón y de un ingenio muy grande. De joven ayudaba a su padre en el comercio de telas, pero no era de su total agrado. A él lo único que le interesaba era alcanzar fama, prestigio y gloria. Aprovechaba cualquier ocasión para escaparse con sus amigos de pandilla y organizar fiestas o cantar por las calles. Se distinguía por su personalidad cargada de alegría, elegancia al vestir y generosidad en compartir todo. Debido a esto fue nombrado el “rey” de las fiestas.
Conversión inicial
Cuando Francisco se desilusionó del sistema feudal, sistema que se estilaba en la Edad Media, desvió su atención hacia la caballería para defender al Papa y la religión, sumándose, así, a las famosas cruzadas. Pero una serie de sueños le hacen comprender al que sería el santo de Asís que su camino no era ser cabellare de hombre alguno, sino de Cristo mismo. Esto lo confirmará en la iglesia de san Damián donde escuchó la misión que le encomienda el Señor: “Ve, Francisco, a reparar mi iglesia que se derrumba” (2 Cel 10). Una vez aceptada la misión, y creyendo que lo que debía hacer era reparar la ermita, lo llevó a cabo con dinero de su padre. Sin embargo, su misión no sería reparar la iglesia material, sino reparar espiritualmente la Iglesia.
Conversión definitiva
Al ver Pedro Bernardone que su hijo malgastaba su dinero, se llenó de enojo y lo llevo ante el obispo de Asís (1206) para acusarlo de ladrón y que Francisco le regresara su dinero. La respuesta de Francisco fue de una un total desprendimiento acentuado por una vida de penitencia que tomaría en adelante como algunos más de su tiempo. Comenzará, así, a reparar iglesias, ser solícito con los más necesitados y ser insistente en la pobreza. En torno a él, se comienzan a reunir hermanos. Uno de ellos es Bernardo de Quintavalle (1208). Para 1209 ya serán 12 hermanos.
Aprobación oral de la Regla de san Francisco
Puesto que ya eran varios hermanos los que se habían unido al movimiento de Francisco, éste asistió al Papa Inocencio III para que aprobara su Forma de Vida, la cual estaba inspirada únicamente en textos evangélicos: “No lleven oro, plata o monedas en el cinturón. Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento” (Mt, 10). Todos los textos evangélicos los condensó en una Breve Regla, la cual fue aprobada verbalmente por el mismo Inocencio III. Lograda aquella encomienda, regresan Francisco y sus compañeros a Asís para vivir de forma libre avalados por el Papa.

Paz y Bien

Fraternalmente
Iván Ruiz Armenta

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