El
presente año 2020 será inolvidable para toda la humanidad. Muchos enfermaron y
otros murieron o perdieron un ser querido a causa del COVID-19. También muchos
hombres y mujeres de fe nos vimos “privados” por mucho tiempo de asistir a la Celebración
Eucarística, fuente y culmen de nuestra fe. Parecía que esos momentos habían
quedado atrás, pero ahora nuevamente nos vemos apremiados a cerrar los templos
por tres semanas, hasta el 10 de enero del 2021 (al menos en la Arquidiócesis Primada de México), y sacar el mayor provecho a
todas las redes sociales para estar cercanos entre nosotros y compartir la fe.
Es triste tener que hacer esto cuando está cercana una
de las fiestas más importantes de nuestra fe: la Solemnidad de la Natividad de
nuestro Salvador. Esto nos insta a aceptar que este año será diferente. Algunos
no saldrán a pasear, otros no podrán estar cerca de sus familiares, y unos más
no podrán comulgar como se debe.
No queda más que prepararnos para celebrar una Navidad diferente. Sin
embargo, esto no significa una fiesta triste y apagada; sino una fiesta alegre,
íntima, realista y con los pies en la tierra. En nuestra cena de navidad
recordemos especialmente a quienes han muerto antes de tiempo por esta pandemia;
oremos por sus familiares que aún conservan la vida, pero lastimados por la
despedida; apoyemos hasta donde podamos a quienes se encuentran enfermos, pero
no sólo de coronavirus, sino de toda enfermedad corporal y espiritual.
En la Navidad recordamos que nos nació un Salvador. Vivamos
como tal. Jesús, el Cristo, vino a darnos la salvación integral, total. No
desaprovechemos la oportunidad que tenemos de dejar ser Dios a Dios y abandonémonos
en sus manos. Nuestra vida es suya y él nos indicará lo mejor para nosotros.
Que no decaiga el ánimo y la esperanza. Vivir la
navidad de esta manera nos permitirá ser consientes realmente de lo que
celebramos. El punto neurálgico no son los regalos o una cena para “chuparse
los dedos”. Sino en sentirnos dichosos porque Dios se humanizo para divinizar
al ser humano salvándolo de toda opresión.
Fraternalmente
Iván Ruiz Armenta
¡Paz y Bien!
No olvides suscribirte a este blog o a nuestro grupo de WhatsApp y visitarnos en Youtube, Facebook y Spotify
No hay comentarios:
Publicar un comentario