12 enero 2020

El reino de Dios, un proyecto de humanización



Si me pidieran definir el reinado de Dios diría que es un proyecto de humanización del hombre que inicio Jesús de Nazaret, pero que tiene su continuidad en el cristiano del siglo XXI, pues el reinado de Dios se convierte para estos en un don y tarea. Me explico, partiendo de nuestra realidad mexicana concreta en la que está acentuada la negación de Derechos Humanos, se tiene que presentar una alternativa desde la fe cristiana: el reinado de Dios. Cierto que al reinado de Dios no le toca crear una estructura social nueva en sí, pero sí le toca desideologizar las estructuras sociales (construcciones humanas) actuales e impregnarlas, mediante los mismos hombres, de sus valores fundamentales: la vida y la subsistencia: comida, trabajo, techo y salud. Estos derechos fundamentales parten del valor de la vida y pretenden ir creando una sociedad donde se respete la vida.

El reinado de Dios, de la mano de los cristianos, tiene que irse convirtiendo en una alternativa a la sociedad actual, en la medida en que la sociedad se impregne de los rasgos del reinado de Dios: la exigencia de la conversión del propio yo (hombre nuevo), de las relaciones con el prójimo (sociedad nueva), de las estructuras sociales y políticas y del mundo de la naturaleza; la exigencia de reconocer los Derechos del hombre, específicamente de los más pobres; el reinado de Dios se convierte en la respuesta a los deseos profundos humanos; la dimensión esperanzadora del “ya” presente y “todavía” por venir hace que el reinado de Dios se haga una utopía realizable; y el carácter salvador y universal del reinado de Dios que permite que todos nos sintamos parte de su llamada a la plenitud y humanización.


El reinado de Dios al buscar la humanización de la misma humanidad se convertiría así en algo contracultural, pues la cultura del siglo XXI está permeada por la pérdida de todo sentido de humanización al ser violentados los derechos fundamentales. Sólo así se comprenderá que el reinado de Dios lo que busca es impulsar una nueva creación representada en una nueva sociedad verdaderamente igualitaria y justa, donde ninguno vale más que otro. Una sociedad donde se perciba un Dios histórico siempre al pendiente de su creación.  En breves palabras, el reinado de Dios significa un nuevo orden en la sociedad, un orden que sea conforme con los planes originales de Dios mismo, y nos toca a nosotros hacer posible que día a día Dios siga repitiéndose y repitiéndonos lo mismo.

El nuevo orden que propone el reinado de Dios y que debemos «provocar» nosotros los seres humanos, debe ser según los valores fundamentales de este mismo reinado, a saber: la vida y la subsistencia. Debe estar basada también en actitudes de vida como la recuperación de la profundidad humana, de los Derechos Humanos, de la hospitalidad, de la fraternidad, de las relaciones interpersonales con una sana interdependencia, de la lógica del don al sabernos todos un don de Dios que tienen la tarea de ser un don para la misma humanidad.

¡Paz y Bien!
Fraternalmente
Iván Ruiz Armenta


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2 comentarios:

  1. Gracias por ésas gotas de sabiduría.
    El reino de Dios esta en nuestro corazón y el servir. Paz y bien

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    1. Así es. Y aunque nosotros no podemos adelantar o atrasar su plenitud, sí estamos llamados a hacer vida el reino de Dios con nuestro testimonio cristiano.

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