En el año de 1216, san Francisco de Asís le pidió al entonces papa Honorio III que todo aquel que entrara en la iglesia de la Porciúncula, cuna de la Orden, contrito y confesado, pudiera obtener una indulgencia plenaria de modo gratuito. A esto se debe que a dicha indulgencia se le conozca como “Indulgencia de la Porciúncula” o el “día del Perdón Asís”.
Desde entonces la Iglesia ha otorgado
y ampliando esa gracia extraordinaria. Esta Indulgencia se puede ganar hoy no
sólo en Santa María de los Ángeles (la Porciúncula), sino en todas las iglesias
franciscanas.
Pero a todo esto ¿Qué es una
indulgencia? ¿Cuántos tipos hay? ¿Qué gracias ganamos?
· Una indulgencia es la
remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto
a la culpa mediante el Sacramento de la Reconciliación.
· Las indulgencias pueden ser
parciales o plenarias, según libere de la pena temporal debida por los pecados
en parte o totalmente.
· Todo fiel puede ganar
para sí o para algún difunto las indulgencias parciales y/o plenarias.[1]
Las penas del pecado
Se debe tener en cuenta que el
pecado produce en notros una “doble pena”: la “eterna” y la “temporal”. La
“pena eterna” es la privación de la comunión con Dios ocasionada por el pecado
grave, la cual nos hace incapaces de la vida eterna. La “pena temporal” es el
apego desordenado a las criaturas que entraña todo pecado, incluso el venial,
el cual es necesario purificar.[2] Dicho en otras
palabras, es como una especie de rastro que deja todo pecado y que es necesario
limpiar.
El perdón del pecado y la
restauración de la comunión con Dios implican la remisión de las penas eternas
del pecado mediante el Sacramento de la Reconciliación. Aunque las penas
temporales del pecado permanecen, éstas pueden ser purificadas mediante las indulgencias.[3] He ahí su gran
importancia.
¿Cómo puedo ganar esta
indulgencia?
Para ganar alguna indulgencia
plenaria es necesario cumplir con las condiciones particulares que determina el
Santo Padre por mediación de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede,
además de…
· Confesarse.
· Asistir a una Iglesia
franciscana y participar de la Eucaristía.
· Comulgar en gracia de Dios.
· Orar por las intenciones
del Papa y rezar un Padre nuestro, Ave María y Credo.
No desaproveches la oportunidad de ganar para ti o para algún familiar difunto esta indulgencia plenaria en el día del perdón de Asís.
Fraternalmente
Iván Ruiz Armenta
¡Paz y Bien!
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Gracias. Primero Dios nos vemos mañana en sus conferencias.
ResponderEliminarPrimero Dios. Un fuerte abrazo.
EliminarTodas sus reflexiones son muy hermosas,siga con ese ánimo dándonos están hermosas instrucciones. Son muy enriquecedoras, Dios lo bendiga.
ResponderEliminarQué bueno que les sirven, eso es lo importante. Todo es don de Dios.
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