Domingo Mundial de las Misiones (DOMUN): día que la Iglesia recuerda su «apostolicidad».

El Domingo Mundial de las Misiones (DOMUN) es un día que la Iglesia reserva para recordarnos una de las notas eclesiales, la Apostolicidad. Ser misionero dentro de la Iglesia significa ejercer la función de Apóstol que nos es intrínseca por ser cristianos. El origen evangélico de esta función la encontramos en el envío misionero del mismo Jesús a sus discípulos: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura» (Mt 16, 15).

Ya el Cristo joánico se presenta a los apóstoles como el que ha sido enviado por el Padre (Jn3, 17.34). Por lo mismo, la Carta a los Hebreos llama a Jesús apóstol y sumo sacerdote (3,1). Y su ser apóstol se comunica a los doce, a los que, según las Escrituras, él llamó sus apóstoles, cuando les dijo: “Como el padre me ha envió, así os envío yo a vosotros” (Jn 17,18; 20,21).

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La tarea de los que han sido llamados a la apostolicidad es la de renovar de continuo y seguir libremente la llamada a ese envío. Y sólo desde su misión pueden trabajar por el reino de Dios en la realidad presente que les toca vivir, una vez que han recibido el Espíritu.

Hoy, lo apostólico sigue siendo una determinación del ministerio eclesiástico, por cuanto que todos los ministerios de consagración han de entenderse desde los apóstoles. Se expresa así con el adjetivo apostólico la esencia histórica de la comunidad de Dios y de la familia de Cristo, que es la Iglesia en el mundo.

Pero la apostolicidad no se reduce al ministerio eclesiástico, sino que todos, por el hecho de estar bautizados, estamos llamados a ser apóstoles de Jesucristo, sus enviados a predicar y actuar el reino de Dios en donde quiera que nos encontremos.

Especialmente, en el DOMUN recordamos y nos unimos, en la oración y apoyo económico (el cual puedes dar en la parroquia a la que acostumbres ir), a aquellos que han decidido ir a lugares donde la fe no es conocida o al menos muy poco conocida. Estos misioneros ejercen de una manera especial su apostolicidad, la cual expresa primordialmente la singular historicidad de esta Iglesia como el cuerpo místico de Cristo en este mundo.

Así que ahora ya sabes. Tú también eres un Apóstol-Enviado de Jesús a continuar con su misión fundamental: hacer realidad el reino de Dios.

Fraternalmente
Iván Ruiz Armenta
¡Paz y Bien!

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